LA REVELACIÓN DEL MISTERIO DE DIOS
SE ABRIÓ UN CAMINO PARA EL HOMBRE

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«Porque ha engrandecido sobre
nosotros Su misericordia;
y la verdad del Señor
es para siempre. Aleluya.»
(Sal 117:2)


 

Jesús dice:

Venid a mí
todos los que estáis
fatigados y cargados,
y yo os haré descansar.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí,
que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas;
porque mi yugo es cómodo,
y mi carga ligera.
(Mt 11:28-30)


Cerca de ti está la palabra,
en tu boca y en tu corazón.
Esto es, la palabra de fe
que predicamos:

Que si confiesas con tu boca
que Jesús es el Señor,
y crees en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo.
(Ro 10:8-9)




Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. (Gn 6:12)
El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan. (Pr 4:19)
Hay camino que al hombre parece derecho; pero su fin son caminos de muerte. (Pr 14:12)
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua urdieron engaños. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies son veloces para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. (Ro 3:10-18)

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
Estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo no le conoció. (Jn 1:9-10)
Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas. (Jn 3:19)
Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Jn 1:12)

Todo camino del hombre es recto en su opinión; mas el Señor pesa los corazones. (Pr 21:2)
La locura del hombre tuerce su camino; y contra el Señor se aíra su corazón. (Pr 19:3)
Comerán, pues, del fruto de su camino, y de sus consejos se hartarán. (Pr 1:31)
Porque Él pagará al hombre según su obra, y Él le hará hallar conforme a su camino. (Job 34:11)
De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es esclavo del pecado. (Jn 8:34)

Jesús dice: Si vosotros permanecéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Jn 8:31-32)

¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su alma del poder del sepulcro? (Psa 89:48)
Bueno y recto es el Señor; por tanto él enseñará a los pecadores el camino. (Sal 25:8)
Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. (Is 55:6)
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación! (2Co 6:2)
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. (1Co 15:21)

Jesús dice: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Jn 11:25)

Dios, perfecto su camino; la palabra del Señor afinada; escudo es a todos los que esperan en él. (Sal 18:30)
¿Quién es el varón que teme al Señor? Él le enseñará el camino que ha de escoger. (Sal 25:12)
¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz? y ¿Dónde está el lugar de las tinieblas? (Job 38:19)
Entrad por la puerta estrecha: porque el camino que lleva a perdición es ancho y espacioso; y los que van por él, son muchos. (Mat 7:13)
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida; y pocos son los que lo hallan. (Mat 7:14)

Jesús dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por medio de mí. (Jn 14:6)

Oh Dios, en santidad es tu camino: ¿Qué Dios grande como el Dios nuestro? (Sal 77:13)
La justicia irá delante de Él, Y la paz seguirá Sus pisadas. (Sal 85:13)
Enséñame, oh Señor, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre. (Sal 86:11)
Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma. (Sal 143:8)
Lámpara es a mis pies tu Palabra, y luz a mi camino. (Sal 119:105)

La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. (Sal 85:10)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna. (Jn 3:16)

Porque si continuamos pecando voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y un fuego airado, que está a punto de consumir a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere sin compasión. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que haya pisado al Hijo de Dios, y haya tenido por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, y haya ultrajado al Espíritu de Gracia? ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (He 10:26-29,31)
¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo comenzado a ser anunciada por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron. (He 2:3)

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Ro 6:23)

Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros fueseis enriquecidos con su pobreza. (2Co 8:9)
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. (Ro 4:7)
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, ya reconciliados, seremos salvos por su vida. (Ro 5:10)
Así que, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en Nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. (2Co 5:20)

 

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Si deseas enviarnos tus preguntas, dudas o inquietudes, o si quisieras asistir a charlas sobre algún tema, háznoslo saber; tienes la puerta abierta, recuerda: la invitación es de Dios.

Jesús dice: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
(Lc 11:9)
 

 

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